martes, 11 de enero de 2011

Aras pacis



Altar erigido por Augusto a la diosa de la Paz, entre los años 13 y 9 a.C., en el Campo de Marte, para glorificar la grandeza del Estado romano por obra de su Emperador. En el templo se conserva una inscripción, llamada el "testamento de Augusto" en el que expresamente se dice: "A mi vuelta de la Hispania y de la Galia, después de haber pacificado por completo aquellas provincias, el Senado decretó que en acción de gracias por mi regreso feliz, se erigiera un altar a la Diosa de la Paz en el Campo de Marte, al que cada año acudirán los oficiales y sacerdotes y las vírgenes vestales, para celebrar un sacrificio".
En el siglo XVI se conservaban bastantes restos del altar distribuidos, desde entonces, en varios museos europeos (Louvre, Florencia, Vaticano, Viena) y en el propio palacio Ficno de Roma, en la Vía Flaminia, origen de todos los restos del Ara Pacis.
En el año 1962, el arqueólogo austriaco Petersen, tras proyectar una reconstrucción para demostrar la unidad estilística de la decoración a partir de los restos disponibles, llegó a la conclusión de que éste debió de ser el emplazamiento originario del altar de Augusto, y estimuló al Estado italiano para que costeara una excavación en el subsuelo del palacio, donde, en efecto se encontraron una mayor cantidad de restos, e incluso los cimientos de lo que debió de ser el basamento del Ara Pacis. Hoy está reconstruido en el Tíber y se cree que corresponde con bastante exactitud a la forma general del monumento y sus dimensiones: el altar propiamente dicho estaba circundado por un muro que formaba un área cuadrada de 14 x 12 x 6 m, adornado por dentro con abundantes guirnaldas de laureles, flores y frutos sostenidos por bucranios (cabezas de bueyes) y escenas de sacrificios rituales en los frisos de los laterales; las fachadas exteriores, estaban decoradas con magníficos roleos de acanto y de hojas, en el nivel inferior, en tanto que en la zona superior existía el monumento más importante de la escultura romana, la procesión de la familia imperial y del "Senatus Populusque Romanus" (SPQR). 


La procesión de los frisos laterales representa a Augusto, su familia, amigos, magistrados y senadores, componiendo un magnífico conjunto de retratos que, no obstante, deja entrever una fuerte influencia de las Panateneas del Partenón, si bien los personajes procesionan en dos filas con más orden y disciplina que en el templo ático. Se combinan altorrelieves con medio y bajorrelieves, que contribuyen a crear sensación de profundidad.
Nos encontramos, pues, ante una obra que combina los elementos de origen griego y helenístico (la influencia de Fidias, las alegorías y elementos decorativos helenísticos), con el realismo y la sobriedad características de la tradición romana del retrato, representando por su calidad el punto más alto jamás alcanzado en el arte de los relieves.
Tras siglos de abandono el monumento se redujo a ruinas y sus restos fueron reutilizados para cimentar del palacio de Humberto I. En 1903 se realizaron las primeras excavaciones sistemáticas, completadas entre 1937 y 1938, con la reconstrucción del edificio durante los años de Gobierno fascista en Italia.

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