martes, 2 de noviembre de 2010

Panteón


Es arte romano, ya maduro, del Alto Imperio, s. II de nuestra era. Su forma pura y simple, basada en la esfera y el cilindro, y su complejidad constructiva tienen un carácter excepcional y permiten identificarla de forma concreta: el Panteón de Roma.Pórtico de acceso, sobre una crepis de cinco escalones, formado por 16 columnas, ocho en el frente y ocho en dos hileras interiores; queda así dividido en tres naves, la central más ancha y larga -tres intercolumnios-, que las laterales: dos intercolumnios.Propylón, constituido por dos cuerpos macizos, que sirven de nexo entre pórtico y rotonda, flanqueando la puerta. Rotonda, de planta circular y grueso muros que se animan con retranqueamientos semicirculares y rectangulares, nichos y columnas.El material es posible que sea hormigón de cal con cascotes -más pesados en el muro que en la cubierta-, y ladrillo (utilizado en los arcos y revestimiento interior). La columnata, cornisas, pavimiento y, en general, el interior, llevará piedra noble (mármoles). Dentro de los elementos constructivos destacamos los siguientes: El muro es muy grueso, aunque no macizo ni continuo, carece de vanos, a excepción de las puertas y en él están insertados ocho grandes machones (grandes pilares), poco apreciables a primera vista y que son los soportes reales. Están disimulados en el espesor del muro, por lo que parece que son las delgadas columnas adosadas a las hornacinas las que hacen la función sustentante, cuando en verdad son más decorativas que estructurales.Aparecen también columnas corintias en el pórtico. Los arcos de medio punto tienen un papel fundamental en la cubrición, pero apenas son visibles. Las cubiertas son de diversos tipos: Armadura de madera en el pórtico, bóveda de cañón en el pequeño tramo de la entrada y cúpula semiesférica en el cuerpo principal, que es la más interesante. Se apoya en un tambor cilíndrico, articulado con macizos y vanos alternados, arranca de una cornisa a la mitad de la altura total, y acaba en un óculo redondo de iluminación. Tiene un gran diámetro (43,20 m) y se adelgaza y aligera al elevarse (en parte por el material que se utiliza, en parte por los casetones decorativos).Los elementos decorativos tienen mas interés en los interiores que en el exterior El muro está ornamentado con elementos arquitectónicos: columnas, entablamentos, frontones, etc, realizados en materias nobles, en especial mármoles de colores. La cúpula se decora con casetones, que acentúan su forma esférica y su concavidad pues en cada círculo son de menor tamaño y resaltan el efecto de la perspectiva. En la parte superior se ha dejado liso el casquete y el óculo se enfatiza con un anillo.El exterior es muy simple en cuanto a decoración, que se reduce a tres cornisas en el muro de la rotonda y a la fachada clásica de orden corintio.Los valores plásticos están muy cuidados. Existe simetría axial gracias al pórtico que transforma la polisimetría típica de una forma circular, a la vez que marca la frontalidad del edificio. Es un espacio estático y grandioso. El pórtico de la entrada origina una dirección longitudinal hacia el ábside del fondo.Se trata de un edificio religioso, un templo dedicado a diferentes divinidades cuyas estatuas estarían colocadas en los siete nichos que se alternan en la parte inferior del muro, y se ha dispuesto una forma circular para que ninguno sobresalga respecto a los demás. No se sabe con exactitud qué dioses recibieron allí culto. Como es habitual en la arquitectura romana se aúna la finalidad religiosa con la política: su magnificencia es testimonio del poder y la gloria de Roma. Por otra parte, tiene carácter de símbolo cósmico; el círculo es el cielo, representa la bóveda celeste y define un eje vertical de connotaciones sacras que se ve subrayado con la decoración que tuvieron los casetones, pintados de azul y con una estrella dorada en el centro. Cerrada al culto pagano en el s. IV y saqueada por los bárbaros en el 410, fue salvada de mayores males y convertida, en el 608, en la iglesia de Sta. María de los Mártires, advocación que ha conservado. Hoy es iglesia nacional y en ella se hallan sepulcros ilustres. No se conoce con certeza el nombre de su autor. Se ha adjudicado a Apollodoro de Damasco, gran ingeniero y arquitecto oficial del emperador Trajano. Se sabe que, pese a no mantener buenas relaciones más tarde con Adriano, trabajó para este emperador hasta el año 130, pero no parece probable su autoría. Es indiscutible, sin embargo, la intervención directa de Adriano, que no se limitó simplemente a ser el cliente que encargase la obra, sino que participó de forma activa en su diseño. 

1 comentario:

  1. Muy retrasada. Cuidado, que el no tener el trabajo realizado te va a bajar la nota media.

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