domingo, 3 de octubre de 2010

La paleta de Narmer


Esta hecha de pizarra,de la primera dinastia y se situa en el museo del Cario, Egipto.
La paleta ceremonial del rey Narmer es la obra mejor conservada, la que se ha identificado con mayor precisión y la más bella de las que pueden fecharse en los primeros años del arte dinástico.
Las esquinas superiores llevan en cada lado unas cabezas de vaca vistas de frente, y en ambas caras figura el nombre del faraón inscrito en jeroglífico dentro del rectángulo que generalmente se llama "fachada de palacio".
En el anverso de la paleta, la ornamentación se reparte en tres registros horizontales. en el mayor de ellos, en el centro, de carácter esencialmente decorativo, hay dos bestias cuyo largo cuello se enrolla en torno a la cavidad destinada a los afeites; los imaginarios animales se apoyan en dos egipcios. El registro superior expresa un mensaje concreto: el soberano, que lleva la corona del Bajo Egipto, se adelanta con su séquito para inspeccionar una fila de hombres decapitados. En el inferior el toro pisotea a un hombre barbado, fuera del recinto de una ciudad.
En el reverso, el faraón, que esta vez lleva la corona del Alto Egipto (prueba indiscutible de la unificación de las dos regiones), aplasta a un enemigo. A su lado, un criptograma explica la escena: el faraón (el halcón) ha sometido a los hombres del Bajo Egipto (representados por el ramo de papiros y el personaje barbado). Bajo la línea de base, dos personajes que parecen flotar en el espacio simbolizan probablemente dos ciudades, identificadas por los jeroglíficos contiguos.
Tanto en la composición de conjunto como en los detalles, la Paleta de Narmer muestra ya alguna de las convenciones propias del arte egipcio: la disposición de la narración en registros, con las figuras alineadas; los diferentes tamaños de los personajes en función de su importancia, y la manera característica de representar el cuerpo humano en dos dimensiones.




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